La cirrosis alcohólica es la mas frecuente de las cirrosis hepáticas, se caracteriza por la destrucción de una gran níumero de hepatocitos y por la aparición de lesiones fibrosas en el interior del parénquimo hepático
En el terreno clínico, se aprecia una anorexia, un adelgazamiento, una astenia cada vez más marcada y la aparición de una ictericia y una ascitis
La supresión de alcohol es sumamente necesaria, hay que procurar que el enfermo tenga una alimentación suficientemente rica en proteínas: al menos un gramo de proteínas por kilo de peso y 2.000 a 3.000 calorías al día. Una restricción de sodio es lo normal ante una incipiente ascitis
El remedio homeopático puede, en un gran número de casos, mejorar el estado general del paciente e impedir la evolución de la cirrosis ( siempre que se tenga en mente que, las lesiones ya constituidas son irreversibles). En el caso de una ascitis importante, se pueden asociar prudentemente diuréticos que no cosntituyen más que un tratamiento sintomático.
Se utiliza preferentemente la espironolactona: un tratamiento diurético demasiado agresivo puede provocar un síndrome entero-renal y por la alcalosis que es capaz de inducir, revelaría una encefalopatía subyacente. Hoy día las punciones están prácticamente reservadas a las ascitis que provocan trastornos respiratorios.
Vamos a utilizar como medicamentos, sustancias que, son capaces por intoxicación a dosis poderables, de provocar lesiones anatomo-patológicas próximas a las de la cirrosis. Dos remedios están particularmente indicados: phosphorus y Arsenicum album
Phosphorus
Arsenicum album
Lachesis mutus
China
Bryonia
Aurum muriaticum
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