2 ¿La Homeopatía puede resolver conflictos psicológicos o debemos derivar al paciente a un psicoterapeuta?
La respuesta a esta pregunta no es sencilla. Dependerá de cada caso en particular. Algunas veces, el conflicto es tan importante en la vida del paciente, que se requiere de un psicoterapeuta experimentado que complemente el tratamiento homeopático. En cuanto a las posibilidades de la Homeopatía nada mejor que el ejemplo de un caso de la práctica: Se trata de una mujer de veinticinco años, Andrea, estudiante de Ciencias Económicas, quien bajo la acción de su remedio modificó sentimientos y conductas de toda la vida Andrea acudió a la consulta luego de los cambios operados en su madre; también paciente mía. El relato de Andrea en la primera consulta fue como sigue: “Vengo doctor, porque estoy muy nerviosa, con temblores internos, siento como si el corazón estuviera en un medio acuoso. Tengo palpitaciones, estoy disconforme conmigo, sin ganas de hablar, agresiva, de mal humor, sin ganas de hacer nada, quisiera estar todo el día en cama, siento que estoy cayendo en un pozo, lloro y nada me interesa. Era muy pegote con mamá, la besuqueaba y abrazaba todo el día. Siempre sentí celos de mi mamá respecto de mi padre y no de mis hermanos que son como hijos para mi (Andrea tiene dos hermanos menores). Nunca estuve de novia, ni pensé jamas en estarlo. Amigos no tengo, solo mi mamá. Papá es una persona aplastada, sentí siempre aversión por él, es un hombre sin iniciativa. Yo traté de ser fuerte para que mamá se apoye en mi. Estoy mal, porque mamá cambió mucho desde que empezó el tratamiento con usted, mamá se alejó de mi, hizo alianza con mi padre y desde entonces cambió mi vida, nunca me he sentido tan mal.”
El relato de Andrea nos señalaba claramente la relación anómala y neurótica que tenía con su madre y nos mostraba un trastocamiento de los roles familiares de todos los integrantes de la familia. Los síntomas mentales y generales de Andrea, configuraban un cuadro característico de Lycopodium, que tomó en una dosis diez mil. Al mes de la primer consulta vuelve expresando que mejoró en algunos aspectos al comienzo, pero luego, aparecieron más palpitaciones, ahogos, sensación que le aprietan la garganta, muchos dolores de cabeza y agrega: “me siento desplazada por mi mamá, ella se aferró mucho a mi papá”. Luego de esta segunda consulta pensamos en la conveniencia de que Andrea empezará un tratamiento psicológico y así se lo planteé a ella. Su respuesta fue negativa, alegando que no creía en los psicólogos. Le prescribí entonces Lycopodium 50 Mil, sin confiar en que, sólo la medicación homeopática pudiera resolver el conflicto que presentaba Andrea. Un mes después relata: “estuve un poco mejor, más tolerante, pero la última semana vuelvo a estar mal, siento depresión, angustia, ganas de no existir. El problema con papá sigue. Mamá esta muy bien con papá y él no se lo merece. Yo ataco a papá, pero mamá lo defiende. A mi no me gusta que una pareja se abrace y papá abraza a mamá delante de mí para irritarme. Yo la necesito a mi mamá, todavía no corté el cordón”. Andrea llevaba ya dos meses de tratamiento y sólo habíamos logrado una mejoría de los síntomas, sin que se produjesen cambios profundos en ella. Indicamos Lycopodium 100Mil y nos cuenta al mes : “Me fue bastante mejor que el mes anterior y ahora tengo miedo de volver a caer en el cuadro por el cual consulté. Me siento mejor de ánimo, me siento más independizada de la familia y tengo una novedad importante para contarle: comencé a salir con un muchacho.”
3. ¿Existe un remedio único para toda la vida?
Aunque idealmente se puede concebir la existencia de un solo remedio y de hecho hay casos, aunque exiguos, que han respondido, en toda circunstancia, a un remedio a lo largo de toda la vida; lo común es el cambio de medicamento, en la medida que cambie el cuadro de síntomas. Adherir a la existencia del remedio único presenta una ventaja y una desventaja. La ventaja es que siempre se busca el remedio simillimum constitucional, intentando practicar la Homeopatía más excelsa. La desventaja, es descartar para siempre aquel remedio que, habiendo mejorado mucho al paciente, no resulta efectivo en un cuadro agudo, ya que se sostiene, que el remedio debe actuar en todo momento de la vida y en toda circunstancia.
4. El tratamiento homeopático, interviene en la evolución del individuo?
Como lo postula Hahnemann en el Parágrafo nueve del Organón, el estado de salud permite que el espíritu dotado de razón que reside en el individuo pueda cumplir con los altos fines de la existencia. En este Parágrafo Hahnemann expresa que el individuo puede evolucionar gracias al estado de salud. Pero no está negando la posibilidad de evolucionar “con” la enfermedad o “a pesar” de la enfermedad.
En sentido metafísico, podríamos decir que evolucionamos espiritualmente gracias a la enfermedad. El medicamento homeopático, agrega “más enfermedad” (no la combate) produciendo como resultado final la salud, estado que permite la trascendencia del ser humano.
5. ¿Concretamente, qué parámetros tenemos como homeópatas para establecer si mediante el tratamiento homeopático el individuo esta evolucionando espiritualmente?
Se evoluciona en la medida en que el hombre se vuelve sabio y la única manera de lograr sabiduría (como sostiene J. T. Kent en escritos menores: “el ser hombre”) es hacer el bien para los demás. Se evoluciona en la medida que el egoísmo y la egolatría van cediendo paso al altruismo, la filantropía y el amor a todas las cosas del universo (T. P. Paschero). El hombre que evoluciona busca la verdad (sabiduría), el bien (que es el mayor grado de perfección) y el amor que en un movimiento expansivo dirige el retorno a la Unidad.
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