(Dinamización)(Posología)(Dosis)
1. ¿Es lo mismo dar al paciente diez glóbulos que uno?
Cuando se prescriben medicamentos tóxicos en sustancia, es decir sin diluir, es obvio que la cantidad tendrá importancia en la acción sobre el organismo. En el caso de medicamentos diluidos y dinamizados (dinamizaciones), la acción es dinámica y por lo tanto basta su presencia. Se trata de una acción cualitativa y no cuantitativa. Hahnemann indica que la cantidad debe ser la menor posible para evitar agravaciones. Pero otros maestros de la Homeopatía sostienen que la cantidad no influye sobre la acción . Jahr, discípulo directo de Hahnemann, en su libro La Práctica de la Homeopatía, dice que uno o más glóbulos tienen la misma acción.
Las opiniones siguen divididas en la actualidad.
En la práctica es difícil demostrar la agravación por aumento de la cantidad de medicamento, si por ejemplo, un paciente inicia el tratamiento con diez glóbulos de Lycopodium 200 y se agrava y repetimos Lycopodium 200, pero esta vez un sólo glóbulo y no se agrava, esto no será suficiente argumento para afirmar que una mayor cantidad agrava, ya que se trata de distintos momentos biológicos del paciente.
En mi experiencia, excepcionalmente observé agravación según la cantidad y aún en estos casos excepcionales, me quedó la duda de una acción placebo, ya que fueron más frecuentes los casos de pacientes que tomando glóbulos inertes, manifestaron, que debían disminuir la cantidad de glóbulos, porque cada vez que la aumentaban, se agravaban.
En la práctica, este tema se resuelve de una manera “económica”: en lugar de diez glóbulos, se da uno solo, o en lugar de diez gotas, se da una sola. De esta manera ahorramos medicamento… y la discusión sobre el tema.
Boenninghausen indicaba a sus pacientes dos glóbulos en lugar de uno, por el temor de que algún glóbulo no hubiera sido embebido por la solución.
2. ¿Cuál es la dinamización más aconsejada para iniciar un tratamientom crónico?
Existen dos criterios para la elección de la dinamización según el cuadro del enfermo:
a) A mayor similitud entre medicamento y cuadro del enfermo, más alta deberá ser la dinamización.
b) A mayor organicidad del enfermo, más baja deberá ser la dinamización, cuanto más mental sea el cuadro más alta deberá ser la dinamización.
Analicemos ambos criterios. Los dos constituyen verdades a medias. En primer lugar, cuando prescribimos un medicamento, lo hacemos pensando que se trata del simillimum, es decir el más similar al caso. Aún así, con una gran similitud, es conveniente iniciar el tratamiento con dinamizaciones bajas o medianas (30 ó 200 en niños y 200 ó Mil en adultos).
Por dos razones:
1º La experiencia muestra que la potencia curativa requerida por el paciente puede ser la 200 y no otra, independientemente del grado de similitud.
2º Si iniciamos el tratamiento con una potencia alta para el paciente, podemos agravarlo innecesariamente.
En segundo lugar, nos encontramos con pacientes con enfermedades orgánicas serias, que requieren altas potencias y pacientes con cuadros mentales o funcionales que responden mejor a las potencias bajas que a las altas.
¿De qué manera se resuelven estas contradicciones en los criterios de elección de la potencia? De una manera muy sencilla: comenzando en todos los casos con dinamizaciones bajas o medianas. Tendremos tiempo de ir aumentando la dinamización si la mejoría del paciente es corta o parcial.
3. ¿Qué experiencia tiene con dosis repetidas diariamente sin variar la dinamización?
Salvo en cuadros agudos (y por no más de dos días), nunca he prescripto el medicamento en forma repetida. Son claras y categóricas las explicaciones de Hahnemann sobre el peligro de las dosis repetidas, como así también la magnífica experiencia de Boenninghausen, discípulo dilecto de Hahnemann, quien puso a prueba las recomendaciones de su maestro, repitiendo el medicamento antes de tiempo en su hijo. En un artículo denominado Tres reglas de precaución de Hahnemann, Boenninghausen refiriéndose a la 3ª regla: “El apresuramiento excesivo que no permite a cada dosis terminar su acción”, relata el caso de su hijo a quien le prescribió Phosphorus 30, cada ocho días, agravándolo considerablemente, con la aparición de 40 síntomas que enumera, pertenecientes a Phosphorus y que su hijo nunca antes había presentado. Luego de esperar muchos meses, sin ningún tipo de medicación, reinicia el tratamiento con una dosis de Phosphorus 30, que repite sólo ante la vuelta de síntomas, curándolo esta vez definitivamente en 18 meses.
4. ¿Cuándo se podrá entonces repetir el medicamento en forma indefinida?
Como lo señala Hahnemann en el Par. 246 y 248 del Organón: siempre y cuando se varíe algo la dinamización y esto se logra con el método Plus.
5. ¿El método Plus puede agravar?
La práctica demuestra que sí. Se observan agravaciones tanto con la escala Centesimal como con la Cincuenta Milesimal. Cuando indicamos el método Plus, debemos advertirle al paciente que ante una agravación de los síntomas suspenda la ingesta del remedio. En el caso de la Cincuenta Milesimal puede ocurrir además lo que Hahnemann denominó agravación final. También aquí debe suspenderse la administración del remedio. La agravación final es el preludio de la curación del paciente.